Resurges impetuosa enarbolando la razón de los deseos, los hechos consumados de la imaginación; provocadora, te acompaña la mirada que petrifica, gorgona contemporánea, que acechas asesina; humedad de voluptuosas formas, gotas que acarician tu cuerpo entre los granos arenosos que condecoran tu piel mojada; las huellas que se arrastran por el pasado, de turbios recuerdos, en la arena ensalitrada, te persiguen atormentadas sin alcanzar tu desmemoria, y una ingenua sonrisa, casi maliciosa, borra esa estela de espuma blanca, que brota del semen marino del dios dolorido, déspota celeste, violador de voluntades que copula sobre la tierra fértil y que te engendró entre el grito desgarrado y el deseo incontrolable. Ahora llevas en los ojos el brillo de tu padre, su prepotencia en tu belleza exultante, su fuerza en tu fragancia irresistible, su rabia en tu contoneo sinuoso, su obsesión en tus pérfidas promesas, su locura en tu deseo caprichoso que contagias a los mortales, arrebatándoles la r
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!