Y cuando haya vivido mil años, cuando haya conocido todos los lugares con sus rincones, cuando haya visto miles de millones de miradas y cuando haya contado todos los colores y los sabores y distinguido todos los perfumes, cuando haya reído tanto de todo lo que se puede reír y cuando haya escrito todos los poemas, entonces,… ya no sabré que mirar ni que vivir y habré querido morir mil veces, todos los días y sabré, entonces, que la vida también es muerte y que los sueños son sueños y que aunque no alcancemos la Luna con nuestras propias manos podemos oler el Universo y sentir su grandeza sin necesidad de devorarla.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!