Acariciar un horizonte con olor a pimiento tierras cercanas de un nuevo mundo con un cielo de hielo a medio hacer como tortilla estrellada de huevos fríos en la que tu cuerpo de vino se convierta en patria de corazón desalmado envasado al vacío susurrando la sal de tus sueños rotos, el sabor del tiempo perdido en escabeche, la fragancia del miedo sin ataduras, la salsa de rabia a fuego lento cuando la piel ajada se hace deseo entre gemas caramelizadas de dudas picantes y nuevas sensaciones deshuesadas al vapor.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!