Volar bajo
y rezar
perseguido por la sombra
reflejada sobre el cristal
que insinúa malos presagios.
Traicionado por el tiempo
buscas nuevos nidos en el horizonte
para volver a ser,
rompiendo nuevos cascarones:
has sido tú tantas veces tú…
y todas tan diferentes,
Infinitos momentos,
momentos de eternidades,
luciendo un gesto insolente
como si fueras inmortal:
hibris,
los dioses ya no te perdonarán.
Y ahora
Fugitivo
escondido en las noches
para que las sombras no te delaten,
enterrado en la sorda rutina
de agobios calurosos,
disfrazado
en el sentir insípido,
rastrero
robando días,
indigno,
cobarde
que te ocultas
bajo tierra
incapaz de morir.