En las esquinas de sus pensamientos cuelgan viejas heridas que trepan como hiedras y se vuelven isla. Es un mundo redondo y ciego, un silo de sonrisas de amor, un tesoro de ego blanco, hielo bajo las pestañas que escupe miradas que abrazan la tinta prisionera hermana de la luz y la sombra, una dama de encajes de madera, cruz de hogueras viejas, de noches tristes cuando el llanto llama. Sol de tardes quietas cuando el viento muere cada mañana y el niño juega y la tumba calla.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!