Esa línea que se desliza sobre tu piel
promete ser la señal
que borre tu nombre,
y cuando ya hayas caído,
y tus cenizas esparcidas por el seco desierto,
algún día,
tu pasado renacerá
al calor de las hogueras,
en las noches de invierno,
entre leyendas y rumores,
entonces, todo el mundo te entenderá
y abrirán sus brazos para cobijarte
cuando surjas del recuerdo,
pero ya no serás tú,
solo hielo
y silencios.