Del frío surgió una atmósfera de cristal
casi irrespirable,
que se rompía constantemente
por cada respiración entrecortada
por cada palabra,
pronunciada,
con la que maldecía,
esperanzada,
la loca hermosa
con rabia vieja.
Deambulaba,
sola,
por los estrechos desfiladeros
aprisionando sus sentidos
y disparando sus emociones contenidas;
luego,
llegaba hasta el riachuelo
siguiendo las huellas
que se arrastraban por la nieve,
sedienta,
donde lamía sus heridas
la hermosa loca,
en la soledad del bosque
acariciando su piel
mientras olía la sangre caliente,
la hembra sola,
de sus víctimas confiadas
y lloraba,
la vieja loba,
lloraba
en la noche fría.
16 comentarios:
Bella confección de imágenes dibujadas en tu imaginación.
Un abrazo.
Realmente tremendo poema. No sé si es verdad, o eso pretendías, pero a mí me habla de dolor y sufrimiento, de locura y soledad.
Un abrazo.
Gracias Taty, aunque no sólo está en mi imaginación, es una loba más real de lo que parece.
Un beso.
Armando, creo que si es verdad, pero tu puedes decirlo mejor que yo, realmente tu conoces a la loba loca más que ninguno, posiblemente.
No has podido hacer una mejor definición de alguien que se alimenta de sangre ajena, y que no deja ni un segundo de espiar e incordiar a sus victimas.
Impresionante poema.
Un abrazo
Me ha impresionado.
Contenido y continente.
El fondo, terriblemente acertado. La forma, genial.
Conseguirás que me convierta a la poesía
Un poema para la loba loca, un gesto cuerdo y generoso para ella que no lo merece. Pasa por nosotros y deja esa sensación amarga y de soledad que tan bien describe en tu bello poema.
Estas tardado en publicarlo en La Esfera.
Un saludo
Gracias Inma, ya sabes que la naturaleza es así, ternura y crueldad a la vez, sangre ajena para sobrevivir, lobas despiadadas y luego las vemos junto Rodrguez de la Fuente como si fuesen peluches. Personalmente no tendría nunca un peluche de esos para dormir.
Ana, nunca lo he entendido, tus textos respiran poesía, no te niegues, deja que te mordisqueen y te convertirás.
Gracias, Dácil. Dejemos que la loba loca huya a las profundidades del bosque con sus criaturitas, si no las devora, antes de que la descataloguen de entre las especies protegidas.
Marcos , me encantó... muy buenas imágenes tiene tu poema!
Con tu comentario me hiciste recordar a don Félix de la Fuente lo veía cuando era chica!
Franco, quizá esta vez no.
Gracias, Life, Sí su recuerdo es inseparable de los lobos para los que tenemos una edad determinada, un hombre admirable por muchos motivos.
Besos
Es tan fácil visualizar toda una historia leyendo tus poemas... He visto a la loba, su soledad, su dolor...
Precioso.
Un abrazo.
Gracias Mercedes por tu comentario. También, es cierto que en muchas ocasiones, cuando una misma idea nos ronda, es fácil descubrirlas en palabras de otros, casi como si fueran nuestras.
Un abrazo.
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