Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo 1, 2010

Ratones

Los ratones bendecidos bajan de los cielos desgarrados para izar banderas en los patios tras conquistar los viejos palacios entre gritos uniformes y carreras alocadas. En los cristales nobles, cuando lágrimas de lluvia recorren su fría y sucia superficie borrando, como una cortina, el viejo Régimen, se dibuja una silueta de una princesa desolada. Triste y vieja, sus ojos se hunden mientras muere en arrogancia, y el olor fétido se vuelve perfume inundándolo todo, cuando la noche se vuelve noche, el frío humo y los ojos cuelgan sobre las sonrisas de ratones.

Nace un “Gran Hermano” Literario

Un grupo formado por siete escritores de diferentes provincias españolas, se ha unido en un proyecto denominado “7 Plumas”, con el fin de escribir una novela en conjunto. Cada componente del proyecto escribirá un capítulo de la obra, siempre capítulos cortos, tomando el relevo de uno de sus compañeros. La novela se ha iniciado sin previa planificación, temática, estilo, ni título. Entre sus integrantes la gran mayoría ni se conoce personalmente, ni siquiera han hablado telefónicamente. Todos sus contactos hasta el momento han sido por correo electrónico y por medio de un blog. Han elegido para este proyecto el formato blog, en la dirección " www.7plumas.com ”, con el fin de convertirlo en una especie de “Gran Hermano Literario” y teniendo como objetivo acercar y cautivar a nuevos lectores, ofreciéndoles un nuevo formato donde ver como se crea y potencia un personaje, como cada escritor posee un estilo y una voz narrativa diferente, un lugar donde se percate de las dudas literaria

Tras la sonrisa (XI)

-¡Hijo de la gran puuuta ! ¿Qué has hecho!¡Me has dejado tirada como a un perro!¡Qué vergüenza cuando se enteren en el pueblo! –Dijo sollozando entre gritos. -¡ Dile al capitán que regrese, por favor!¡Qué será de mí! –Gritaba y lloraba la desafortunada mujer. A Juan se le hizo un nudo en la garganta sin saber qué hacer ni qué decir. Sabía que ya no habría solución posible. Sintió una gran pena por aquella mujer, a la que no recordaba haberla visto nunca suplicar ni estar tan apenada, desesperada y desamparada. -No te preocupes mi amor, aún puedes coger un avión hasta Roma o Florencia –Le dijo Juan, a sabiendas que todo aquello resultaba muy complicado. -Eso va a ser muy difícil, además no llevo la tarjeta de crédito encima –Le recordó sin dejar de llorar. -Vete a la casa de Cristina y pídele que te deje dinero, ya arreglaremos después con ella –Le aconsejó Juan. -¡De eso nada!¡Nadie debe saber lo que me ha pasado, ni Cristina ni Juani ! –Gritaba desesperádamente . -¡ Promét