Con los ojos cansados vas echando raíces en el horizonte con un dolor que pare gotas del recuerdo mientras lloras y maldices las tierras lejanas las que agrietan tu ausencia, como un templo vacío en el que los años se han ido desparramando bajo la sombra que agujerea la conciencia y encadena la huida manchando la tierra de huellas que huyen hiriendo la muerte mientras grita el alma. Y lo lejos se hace infinito y se vuelve sueño, un sueño que adormece desterrando el alma del viajero como una sangre extraña que se va envenenando de nostalgia cuando la ciega mirada se vuelve olvido y los ojos se duermen desvaneciendo su rabia.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!