Tu mirada me secuestra cuando la noche llega y entre el bosque de la multitud siempre escucho tus silencios, y tu expresión severa se hunde en mi piel dejando heridas abiertas para cobijarte. Los años clandestinos nos han vuelto camaradas, cómplices en la guerra guerreros en el amor. Y de nuestros ideales hemos bordado una bandera, que ondea a media asta, sin juramentos ni promesas porque el presente es nuestra patria y tu risa una batalla por ganar. Son los amaneceres los más tristes cuando tu lado se vuelve ausencia y los labios lloran tu partida, mujer de media noche, de atardeceres sin Sol. Te busco en la noches sin Luna en los mares secos en la flor sedienta que echa raíces cuando el olvido no me alivia y me atormenta si no estás tú.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!