A veces,
solo a veces,
cuando el camino se pierde
llevándonos con él,
nos alejamos de nosotros mismos
hasta desconocernos,
ignorándonos en la superficialidad,
mientras que la piel se vuelve inútil y ajena
en medio de la resaca otoñal.
A veces,
solo a veces
cuando el frío nos despierta
arropados por la hipocresía
nos sentimos desnudos y vulnerables.
Transparentes, nos observamos vacíos
y nos aprestamos a decorar nuestros huesos
pintándolos de colores,
pero siempre resultan grises
como las cenizas.
A veces,
solo a veces,
desandamos el camino
buscando huellas en la memoria,
echándonos de menos,
recordando nuestras gracias,
esperando que regresemos al mismo sitio,
y cuando por fin nos vemos,
a veces,
y solo a veces,
nos damos cuenta
que ya somos otros.
Comentarios
con nuestro verdadero"yo".
Reconforta hallar la paz en la
esencia de uno mismo.
Besiños
Me gusta mucho, Marcos.
Mil gracias ..
Besos de sueños
Me ha gustado, Marcos.
Besos
eso de pintar de colores nuestros huesos me pareció bellísimo, y que estén descubiertos porque estamos sin piel, que sean cenizas porque somos como el ave fénix, que seamos otros pero que nos reconozcamos. Tomas al ser como algo en mutación, algo que se persigue pero no se puede alcanzar, que se muestra varias veces, cada vez diferente, para decirte que eso que viste no es verdad. ¡Me encanto!
Un beso.
Salir algún día de esta melancolía.
Un abrazo -Espero que no te atragantaras en el desayuno-
Muy profundo tu poema y tu pensamiento.
Saludos