El mar en calma sin color brilla levemente sediento de sal. Rocas pensativas recordando el oleaje, su espuma. Gaviotas sin alas que se masturban queriendo soñar. Arenas sin huellas, sin historias sin estrella de mar. Dulces sueños, sin sueños, de serpientes mordidas. Alma vendida, Comprada, paz. Piel gris curtida al sol de fuegos apagados (cenizas). Baja la marea sobre un cielo sin Luna. Vuelven los cangrejos, sin querer, de sus escondrijos. Late el corazón muerto de sangre envenenada.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!