Cuando las noches enviudan son mas largas. Quizás, pierden el sentido del tiempo recordando la Luna, que con su velo blanco cubre el valle dormido. Las horas pasan lentamente, posiblemente sean las mismas, que dan vueltas y vueltas, sin querer despertar del sueño mágico. Ese sueño dormido que siempre tiene una leve sonrisa sobre la cara amable de la Luna. Pero a veces, la noche cerrada frunce su ceño y aprieta el puño golpeando las montañas. Retumba el valle aterrado, entre histéricos truenos y relámpagos, que dejan ver siniestras siluetas. Es en ese instante cuando salen los extraños animales de la noche, que se ocultan durante el día. También, es cuando sale lo peor de nosotros mismos: nuestros miedos, nuestros deseos… gritan, desesperados, queriendo respirar insistentemente el aire de la noche oscura. Sin embargo, algo esta atado a nosotros mismo, mil cadenas lo rodean asfixiantemente y en cada imperceptible movimiento, cada mínimo respiro nuestros ojos se encienden gritando a nuest
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!