Nada, solo caminar sobre las perlas arrugadas de un aliento azul, susurro de una mañana sobre la sombra vieja de la piel. Esa brisa de salitre pegajoso escupe el nombre, solo un nombre que arrastran los callados hasta el mar murmurando brillos azabaches sus labios rotos sobre una cuerda de infinito besan, lentamente, las nubes ocres, juramento de hombres arracimados, lombrices de dientes de oro que navegan sin dejar estela y los rayos parten el cielo de un dios imposible maldecido entre rezos y miedos.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!