El olor del tiempo muere lejos cuando los sueños rotos nos olvidan y las lágrimas huérfanas nos persiguen entre la maleza del hastío y la rabia. Lejos, cuando tu pelo se ondula en el viento envenenado de la memoria y tus labios incoloros se deshacen en la distancia, siguiendo el ritmo oscuro de los deseos, a golpes del eco que esparce el aroma de tu taconeo azul; presiento las huellas sobre el asfalto hasta la trampa mortal bajo la canción olvidada de noches de blanco satén.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!