La mirada… sueño de cristal que se rompe en la noche inesperada, desgarrando, sus cortantes aristas, la carne. Fluye la roja sangre manchando los cuadros rotos en otras noches de rabia contenida que rasgan, llorando, el lienzo. La mirada… afilada hiere el presente, que desprecia y desafía, en el grito contenido en la renuncia al aire contaminado que lo envuelve, con ese gesto de rebeldía donde nacen los recuerdos donde brotan las lágrimas rotas empapando los sentimientos como pinceles que paren figuras, desesperadas, que quieren salir del cuadro, que huyen del pasado, prisioneras… de tu mirada. Pilar Aguarón, Autorretrato, 1991.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!