Te buscaba. Busqué en el templo vacío y no estabas, entre las sábanas frías y te habías ido. Busqué entre los sueños y me los habías robado; fuí hasta el mar y me habías ahogado. Tampoco te encontré porque no te buscaba en las altas montañas, en las montañas nevadas, donde están los corazones de hielo, las lágrimas congeladas. Grité en el vacío sin tener palabras, lloré y llovieron ranas. Príncipes azules como yo entre dragones sin damas. Bebí de los arroyos que tú lloraste y ví tu imagen sin mirate. Frío, errante volví a caminar sobre tus pasos para llegar a ninguna parte. Perdido, miré en tus horizontes donde las olas contaban tristes canciones. Lejos te olvidé, y si te buscaba ya no recuerdo el porqué.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!