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TE BUSCABA

Te buscaba. Busqué en el templo vacío y no estabas, entre las sábanas frías y te habías ido. Busqué entre los sueños y me los habías robado; fuí hasta el mar y me habías ahogado. Tampoco te encontré porque no te buscaba en las altas montañas, en las montañas nevadas, donde están los corazones de hielo, las lágrimas congeladas. Grité en el vacío sin tener palabras, lloré y llovieron ranas. Príncipes azules como yo entre dragones sin damas. Bebí de los arroyos que tú lloraste y ví tu imagen sin mirate. Frío, errante volví a caminar sobre tus pasos para llegar a ninguna parte. Perdido, miré en tus horizontes donde las olas contaban tristes canciones. Lejos te olvidé, y si te buscaba ya no recuerdo el porqué.

Me matas

Acaricio tu piel con mis dedos, mis labios, constantemente, sintiendo tu perfume envenenado, en lo más profundo. Siempre juntos, Besándonos en las noches solas, y en los tristes amaneceres sin hablar sin mirarnos Como un rastro, te mueves girando en el aire, entre finos hilos, dentro de mí, robándome. Tus cadenas, oxidadas de tanto tiempo, de tantos años secuestrándome, me van asfixiando, te voy detestando. Tu egoísmo asesino, me va mordiendo, me va matando en silencio engañando. Te maldigo y te escupo, te rompo con saña, pero vuelves riéndote, encendido envenenado. Tus cenizas son las mías que van cayendo enterradas en el cenicero mortal.