Quiero
mirarte a los ojos,
quiero
preguntarte tu nombre,
quiero
verte tras el muro
que esconde tu alma.
Quiero
contar los niños muertos,
quiero
saber cómo se llaman tus hijos,
si los miras a la cara.
Quiero
saber cuánto vale tu orgullo,
cuánto sus vidas,
para
pagarte,
para que no los mates.
Quiero
que me hables de venganza,
si
matas porque te obligan,
qué compras con lo que te pagan.
Quiero
ver a tu madre junto a ti,
quiero
ver a esos niños en sus brazos,
quiero
que conozcas sus nombres
y
lo pronuncies en alto.
No
quiero preguntarte por qué lo haces,
solo
quiero saber cómo te sientes:
si
te sientes sucio
si
duermes por las noches
si
juegas con tus hijos…
3 comentarios:
La actualidad y la injusticia sobre los débiles hace que sin querer brote nuestra poesía. Como protesta, como defensa, como ira... como ajuste de cuentas, como buscando explicación...
Muy fuerte, mis hijos/sus hijos, venganza de ¿desalmados? mercenarios. Enhorabuena, Marcos, valía la pena pasar por fin.
Hay una poesía en la que nos miramos dentro, y nos preguntamos por nuestra existencia o damos rienda suelta a las emociones En otras ocasiones miramos a nuestro alrededor y nos rebelamos ante las injusticias, en ese momento, Francisco, la poesía se convierte en una necesidad, en un instinto por luchar por ellos, porque de alguna manera ellos somos nosotros. Luego queda otra opción: mirar bajo tierra, es ahí donde no es necesaria la poesía. Gracias amigo por tu comentario
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