Ir al contenido principal

HOY

Este día quiero salir de mí,
de puntillas, sin mirar atrás
dejando ese cuerpo dolorido,
desgastado, incoloro.

Hoy no quiero ser más esclavo de mi esclavo.
Hoy quiero romper la cadenas de papel
que me momifican como un mal regalo;
alejarme lo suficiente y retorcerme en el éter,
sin necesidad de respirar,
y ahogarme en la lluvia fresca,
acribillándome, deshaciéndome
en una muerte limpia, en una muerte dulce
con champiñones y salsa de Champagne,
como si me degustara en lentos y breves sorbos.

Hoy quiero probarme,
para saber si me gusto;
mirarme con atención,
con cuidado,
con respeto.

Hoy quiero quererme,
como a un recién nacido,
y llorar, si fuera necesario,
sin dejar de reír.
Y mimarme…
Y crecer, sin prisas,
con el tiempo imprescindible
para contar estrellas,
muriendo las veces que sean precisas,
aprendiendo de mis errores,
bromeando con ellos.

Hoy quiero bañarme
en las lagunas de las dudas,
entre sus olas,
de espuma fresca,
sin temer navegar,
dejando estelas en el olvido.


Hoy quiero traspasar el espejo
y abrazarme,
como si fuera yo,
para quererte,
como si fueras tu.

Comentarios

Susi DelaTorre ha dicho que…
Me gustan tus poemas.
Es importante quererse a uno mismo para conseguir amar a los demás. Perdonarse y no temer a los errores ni a las dudas.


Saludos de recién septiembre!
GAVIOTA ha dicho que…
Hace poco caí en cuenta de que hacía mucho que había abandonado al único ser que no me abandonaría nunca, "yo misma". Hice cita con el destino y al calor de una playa lejana, tus palabras hicieron eco.
Que bonito post!!
Saludos!!
Por aki andaré muy seguido...
Mayte S. ha dicho que…
Marcos, no puedo conmentarte debidamente, me emocioné...

Y..ese broche final...

Me gustó tu expresividad, saludos esencia.
Anónimo ha dicho que…
Precioso poema, derroche de sentimientos.
Enhorabuena.
Marcos Alonso ha dicho que…
Gracias Lasosita. Es cierto todos lo sabemos pero casi siempre nos olvidamos de querernos.
Un abrazo
Marcos Alonso ha dicho que…
Gracias Gaviota por tu visita y tus palabras. Celebro ese reencuentro. Reencontrase con unop mismo es como dejar de estar solo.
Un abrazo
Marcos Alonso ha dicho que…
Gracias Esencia, es un placer leerte
Marcos Alonso ha dicho que…
Gracias lectora anónima
un abrazo

Entradas populares de este blog

La sal de tu ausencia

Alguna veces, cuando los días nos dejan solos huelo la sal de tu ausencia y presiento el murmullo de tus secretos que se petrifican en la roca. La mirada naufraga entre las olas, allá por el atardecer, cuando el Sol acaricia el horizonte y tu rabia contenida se adormece. Entonces, me abrazas para sentirme isla,  prisionero de tus orillas,  libertad adherida al azul inmenso. Cierro los ojos para navegar en las noches por los mares de espinas, cuando la luna siembra su velo en el aleteo de luz surcado por la estela de los viajeros por donde se esparcen sus sueños. Somos peces secos, jareas de alma marina, que arrastran las corrientes  para buscamos en las orillas: esclavos, piratas, bucaneros y polizones; hombres y mujeres de maletas vacías, cruzadores de charcos de sueños rotos. En el fondo descansan nuestras derrotas, tumbas de sirenas  y sus cantos, viento que se vuelve brisa aletargada cuando se pierde la última batalla. H

Prefiero

S i he de mentirte alguna vez prefiero que sea en la noche cerrada donde las lágrimas escondan su brillo y el viento anuncie la despedida como el puñal traicionero. Si he de lamentar lo vivido prefiero recoger los cristales rotos de las ventanas abiertas por las que entraron tantas mañanas antes de que llegara el mediodía. Si he de mencionar una palabra prefiero que sean las tuyas para llenarme de tí y hacerte prisionera en mis pensamientos. Y cuando los años se cansen prefiero contarlos para saber cuántos perdí, cuántos te debo, cuántos no me cansaría de contar y esconderlos en el bosque de tu esencia antes de partir a las cruzadas sin fe para morirme sin mí, en desiertos anónimos, en el furor de batallas sin enemigos, y disfrazar de leyendas las guerras sin causa, las derrotas ajenas, las esperanzas abiertas que se desangran y fluyen sin fin.

Tras la sonrisa (XVI)

-¿No te habré despertado Victoria? ¿te noto como si estuvieses media dormida? –Preguntó Juani, temiendo haber sido imprudente. -No, no es nada, solo que me acosté un rato sobre los cartones porque estaba un poco mareada- Dijo Victoria Eugenia, aparentando normalidad pero sin quitarle un ojo a su vecino. -¿Sobre los cartones? -Preguntó extrañada Juani. -Ah, no, es un decir, me refiero a los colchones de la suite. La verdad que está estupenda, la decoración es preciosa y las vistas ni te cuento –Explicaba Victoria Eugenia con todo lujo de detalles, mientras el hombre negro, que se había sentado al el otro lado de la callejuela, miraba a su alrededor buscando, atónito, la “decoración preciosa” de la que hablaba Victoria Eugenia. -¡Vaya! Con que una suite, ya veo que os va de maravilla. Por cierto, hemos visto a Juan hace un momento pero lo hemos perdido. Estaba muy gracioso y divertido hablando con una camarera morena muy guapa y bailando –Dijo Juani insinuósamente. -Gracioso sí, no te