Simón se estremeció al oír su nombre, que se alargaba en
un susurro sonoro y exótico atravesando el jardín dónde jugaba. Sorprendido, su
mirada buscó con curiosidad la fuente de aquellas palabras que se repetían,
hasta encontrarlo al otro lado de la valla. Era como se lo imaginaba, con aquel
vistoso traje largo de vivos colores y un enorme turbante que realzaba aún más
su enorme figura. Ya anochecía, pero pudo contemplar la profundidad de sus ojos
negros que resplandecían proyectando una mirada que atravesaba hasta llegar al
corazón. “Feliz Navidad”, dijo con una tierna sonrisa que casi abrazaba, antes de darle al pequeño niño,
boquiabierto e incapaz de reaccionar, una
preciosa caja envuelta en un papel brillante de elegantes colores y decorada
con una cinta de tela transparente, con brillos dorados y plateados. Su madre
enmudeció al ver a su hijo con aquella expresión de inmensa felicidad, sin que
tuviera tiempo de preguntarle por el autor de su regalo, mientras el presidente
seguía indiferente hablando con aquellos hombres. Melchor pudo escuchar la
explosión cuando se alejaba de la Villa ocultándose entre los árboles. “Alá es
grande”, dijo mientras cerraba sus ojos negros, encendidos por un odio que lo
carcomía por dentro.
S i he de mentirte alguna vez prefiero que sea en la noche cerrada donde las lágrimas escondan su brillo y el viento anuncie la despedida como el puñal traicionero. Si he de lamentar lo vivido prefiero recoger los cristales rotos de las ventanas abiertas por las que entraron tantas mañanas antes de que llegara el mediodía. Si he de mencionar una palabra prefiero que sean las tuyas para llenarme de tí y hacerte prisionera en mis pensamientos. Y cuando los años se cansen prefiero contarlos para saber cuántos perdí, cuántos te debo, cuántos no me cansaría de contar y esconderlos en el bosque de tu esencia antes de partir a las cruzadas sin fe para morirme sin mí, en desiertos anónimos, en el furor de batallas sin enemigos, y disfrazar de leyendas las guerras sin causa, las derrotas ajenas, las esperanzas abiertas que se desangran y fluyen sin fin.
Comentarios
Que trabajes lo suficiente para que obtengas lo que desees.
Besos.