Mi isla no es de tierra
ni de mar,
es de espesas brumas,
de sudor salado
que transpira entre sus heridas abiertas
y se hunde en sus raíces
para buscarse siempre.
ni de mar,
es de espesas brumas,
de sudor salado
que transpira entre sus heridas abiertas
y se hunde en sus raíces
para buscarse siempre.
Mi isla tiene forma de sueño
que aparecen en los destierros
donde nace una lágrima
al oír sus ecos,
una nota de timple,
el susurro de las chácaras,
el canto sostenido de una isa,
al oler sus recuerdos.
Mi isla no es una isla,
son muchas,
como mundos en el Universo,
infiernos y paraísos,
isla de piratas y saqueadores,
de tesoros en sus entrañas
donde se mezclan las savias
de sangre dulce y amarga
de piel curtida,
de voz amable.
Mi isla eres tú,
si quieres,
en ella caben todos,
mi isla no es tierra
ni mar,
ni playa ni lava
es la bruma
que se lleva en el alma…
6 comentarios:
Yo diría que tu isla es más bien un archipiélago de sufridas vivencias. Me invitas a esa bruma... No sé si sobreviviría.
Un poema magnífico.
Muchas son las islas
que se pueden habitar
donde juntan lo salado
con el amargo.
Pero nunca hacernos isla
solitaria llevando
bruma en el alma,
dejar que la caliente
el fuego que late
dentro de sus entrañas.
Un precioso poema.
Chácaras, timples, isas ¡cuánta evocación! Tu isla sí es un sueño, y un sueño maravilloso. Cuenta conmigo para habitar ese sueño. Un abrazo cordial.
Bello poema amigo.
Felicidades.
Un abrazo.
Bellisimo!
"la bruma que se lleva en el alma"
¿Avalon?
Me quedo flotando, no quiero reflexionar...
¡Abrazos!
Retazo de tierra, analogía del alma, paisaje perfecto de nuestro paso por esta tierra fértil creada con todo la emotividad que lleva el Hombre por dentro.
Un abrazo!
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