Ir al contenido principal

El bulto (V)

Ya se que soy pésimo con las matemáticas, nunca entendí las ecuaciones de segundo grado, ni la importancia que pudiese tener. Siempre creí que eran inútiles, y una majadería de los profesores, hasta ahora. La moneda seguía en el aire dando vueltas sin parar. Mis pasos temblorosos se preguntaban quién o qué podía ser aquello, mientras recordaba la imagen de Montse escapando de mis brazos. Al menos los cerditos, ranitas y fantasmas no entraban en la ruleta, o eso esperaba. Y mis pasos seguían llevándome con ellos, sin yo querer. El bulto parecía crecer y mi temor con él. No me atreví a tocar aquella cosa, irreconocible, empaquetada en mantas, como si fuese un regalo impredecible. Bordeé la cama, hasta el otro lado, sobre el que se recostaba, y adiviné un rostro que a duras penas sobresalía. Me acerqué, con cuidado, con miedo, temiendo algo, que a lo mejor ya sabía y lo miré: ¡¡era él!! Quiero decir: ¡era yo! ¡¿Cómo él podía ser yo?! Bueno, dejémonos de ecuaciones” –pensé.
Era joven para estar muerto. Nadie me había avisado. ¿Cuántas veces en la vida experimentamos algo por primera vez?; sin embargo, ésta era la primera vez que era la última. Lo miraba y me miraba, mirándolo a él. Inmóvil con los ojos abiertos, con una fúnebre palidez de sudor seco. “Pobre infeliz” –pensé. Sin darme cuenta, el ateo comenzó a rezar una oración y los ojos se le llenaron de lágrimas que nunca llegaban a caer sobre el suelo. “¡¡Me jode ser un fantasma, un espíritu, ni siquiera se oye una música de fondo como en Ghost!!” –Dije gritando y llorando de rabia. Un extraño ruido me sobresaltó, era como un quejido y el bulto giró para volver a quedar inmóvil boca arriba. Sus ojos, mis ojos, miraba aquel extraño cielo y de repente, algo me llamó la atención y mi mirada se dirigió a aquella luz estridente que había sobre la mesilla de noche: las 8:55, marcaba el reloj digital. Oí una voz: “Levántate Jose”. No sé como llegué río abajo hasta la cocina y me senté al lado de la gran mesa. Ella estaba allí de espaldas junto al fregadero haciendo no se qué.
-Vaya, parece que tuviste una buena noche –me dijo, burlona- Oye trae el pan y el periódico que está en la entrada, para que desayunes algo antes de ir al trabajo –me dijo
Tras el agotador periplo volví a la mesa y comí algo a duras penas: un tazón de leche con un sándwich de jamón y queso fue suficiente, mientras hojeaba el periódico deshojado. Busqué la primera página y la coloqué en su sitio, dándole unos estirones al aire, como si fuera la ropa recién recogida de la liña. ¡Y los …!, Eran mis amigos: Montse, su hermano y Catherine! ¡¡joderr!! Me levanté lleno de rabia y salí corriendo al trabajo.
Jose, termina de desayunar que aún es temprano! –Me gritó mi madre, antes de acercarse al periódico y leer, sobre la imagen de los dos jugadores entre el arbitro: El Barça, campeón de Europa tras derrotar al Manchester por 2-0.
-¡Que raro es este chico! –dijo mi madre, antes de volver a sus quehaceres sin entender nada.

Comentarios

Mercedes Pinto ha dicho que…
Entonces, ¿todo había sido un extraño sueño? ¿El bulto era tu misma muerte? Perdona, tal vez no lo haya entendido muy bien y debiera releer desde el principio. Muchas escenas se me han revelado claras, pero me ha costado unirlas, tal vez por estar obsesinada por descubrir qué era el bulto, al que no he perdido de vista ni un momento. No sé si es mucho pedir, pero me gustaría que nos hicieras un breve comentario a modo de resumen, no me atrevo a comentar el relato por miedo a hacer el ridículo. La redacción es magnífica, pero creo que en algún momento me he perdido. Prefiero ser sincera.
Espero tu respuesta.
Hasta pronto.
Marcos Alonso ha dicho que…
Hola Mercedes, la verdad que hsta yo después de leerlo detenidamente veo que no esta expresado claramente. El relato se refiere a la victoria del FC Barcelona sobre el Manchester United en la final de la Champions del año pasado. De ahí la resaca de Jose. Montse, la catalana, representa al BarÇa y Peggy, la inglesita, al Manchester, mientras el hermano de Montse, el de la ropa de negro, es el árbitro. Se trató de una pesadilla tras la resaca.

Un abrazo
Mercedes Pinto ha dicho que…
Ahora sí. Será posible, los quebraderos de cabeza que me has dado... Vale, ya encaja todo. Gracias, te agradezco tu aclaración, ha sido todo un detalle. Sigo pensando que la redacción del texto es buena y entretenida, otra cosa es que a mí me costara trabajo descifrar algunos datos.
Un abrazo.

Entradas populares de este blog

Prefiero

S i he de mentirte alguna vez prefiero que sea en la noche cerrada donde las lágrimas escondan su brillo y el viento anuncie la despedida como el puñal traicionero. Si he de lamentar lo vivido prefiero recoger los cristales rotos de las ventanas abiertas por las que entraron tantas mañanas antes de que llegara el mediodía. Si he de mencionar una palabra prefiero que sean las tuyas para llenarme de tí y hacerte prisionera en mis pensamientos. Y cuando los años se cansen prefiero contarlos para saber cuántos perdí, cuántos te debo, cuántos no me cansaría de contar y esconderlos en el bosque de tu esencia antes de partir a las cruzadas sin fe para morirme sin mí, en desiertos anónimos, en el furor de batallas sin enemigos, y disfrazar de leyendas las guerras sin causa, las derrotas ajenas, las esperanzas abiertas que se desangran y fluyen sin fin.

La sal de tu ausencia

Alguna veces, cuando los días nos dejan solos huelo la sal de tu ausencia y presiento el murmullo de tus secretos que se petrifican en la roca. La mirada naufraga entre las olas, allá por el atardecer, cuando el Sol acaricia el horizonte y tu rabia contenida se adormece. Entonces, me abrazas para sentirme isla,  prisionero de tus orillas,  libertad adherida al azul inmenso. Cierro los ojos para navegar en las noches por los mares de espinas, cuando la luna siembra su velo en el aleteo de luz surcado por la estela de los viajeros por donde se esparcen sus sueños. Somos peces secos, jareas de alma marina, que arrastran las corrientes  para buscamos en las orillas: esclavos, piratas, bucaneros y polizones; hombres y mujeres de maletas vacías, cruzadores de charcos de sueños rotos. En el fondo descansan nuestras derrotas, tumbas de sirenas  y sus cantos, viento que se vuelve brisa aletargada cuando se pierde la última batalla. H

Reseña de Ana Joyanes sobre la novela "Andamana, la reina mala" en La Esfera Cultural

Ana Joyanes, autora entre otros libros de  Lágrimas Mágicas, Sangre y Fuego, Oscurece en Edimburgo  o su última novela  "Noa y los dioses del tiempo" (Idea Aguere  Col. G21) ,  ha dedicado una magnífica reseña a mi novela  "Andamana, la reina mala"  en el blog literario "La Esfera Cultural" .  A Ana me une una entrañable amistad y la admiración que se suele sentir por esos seres que poseen unas capacidades extraordinarias y una energía inagotable y desbordante, también el hecho de haber colaborado ambos en múltiples proyectos, junto a otros compañeros de la Esfera Cultural, y en especial en la inolviable aventura de "Oscurece en Edimburgo", una novela a escote escrita entre siete autores. Así que no es de extrañar que lleve algunos genes suyos en mi genética literaria. A lo largo de la gestación de "Andamana" y después de ella, durante su presentación, he tenido la suerte de haber podido contar con la ayuda y colaboración inestim