Te dí un nombre
y se me olvidó,
mientras el mar borraba las huellas,
cicatrices de pasos olvidados,
entre caminos que se separan
para perderse.
Luego perdí el amor,
lejos,
entre siluetas irreconocibles,
en los fangos de la desesperación
de las tardes sin sol,
en las lunas vacías,
cuando el eco se pierde
para convertirse en arrorró.
Hoy ya no recuerdo tu piel,
su olor,
su calor tibio entre almohadas
cuando soñábamos horizontes
tras las ventanas.
Hoy ya no siento
y el viento se duerme
en las noches grises,
en las madrugadas.
Tampoco sueño,
ni rezo,
ni me pellizco,
solo me desvanezco
recordando
el arrorró.
Comentarios
Gracias por seguirme.
Un beso
Hermoso poema, lleno de verdaderos caminos a la melancolía ...
Un afectuoso saludo!
presentes echamos
mano de los recuerdos
aunque estos ya lleguen
difuminados.
Melancólico tu poema,
pero enchido de cálida
ternura.
Un abrazo.
"Hoy ya no re cuerdo" "Hoy ya no siento" realmente no duele? qué pregunta no? también yo me la hago...las pérdidas llevan duelos y cada duelo etapas... aunque las cicatrices o fracturas (medicamente hablando ahora) se dice que con la humedad duelen...Personalmente nunca me rompí un gueso ni tuve un yeso pero así dicen...hasta a la gente que le han ampitado un brazo dice "sentir" en miembro amputado.Amigo, que letras exquisitas...cuanta reflexión me has provocado...Gracias.No todos pueden escribir de esta forma. Un abrazo desde Buenos Aires.
feliz fin de semana
un saludo
RMC