Enjaulado entre hilos de humo
siento el peso de esta losa
que enmudecen los gritos agónicos
en un vacío sediento
de polvo gris, en las tardes sin Sol,
cuando los pensamientos escapan por las rendijas,
para dejarme en soledad,
añorando, en la retaguardia, a los enemigos.
Busco en la rabia un refugio,
donde cobijar las mentiras
con las que engañarme,
para no sucumbir en la derrota sin batalla,
Izando banderas, sin colores, por las que luchar;
Imaginando un horizonte donde agarrarme,
del que resbalo en todos los sueños
para despertar sudoroso en una pesadilla
en forma de isla desierta,
sin tesoros,
destino de mil naufragios,
de mil golpes de mar,
donde las sirenas callan
y el viento se ahoga
en medio de la tormenta,
donde las almas se rinden
y se venden,
esclavas del desencanto
llevadas por el vaivén de las olas
a ninguna parte,
destino ciego
de indiferencia incierta.
Comentarios
Me ha gustado mucho el relato, aunque sean muy duras las imágenes.
Besines corazón
Ingredientes perfectos para la jaula del corazón.
Difícil de solucionar, fácil de quedar atrapado.
Lindas palabras!
Dignas de identificación plena.
Gracias!
llenos de silencio,
donde el alma se encuentra
prisionera en una isla
de soledad.
Duro pero bellamente expresado.
Besos.
Yo el horizonte lo busco para mirarlo. Tiré la toalla -no del todo- para alcanzarlo algún día. Aunque sólo lo toque unos segundos.
Un abrazo.
Me ha gustado tu poema tanto en estructura como en la esencia del mismo.
Yo también soy isleña.
Te felicito.
Con todo mi afecto,
Cris.
N.- Te seguiré leyendo con más calma aquí hay profundidad.