En tu nuevo abrigo de madera
se esconden mil tesoros
en forma de secretos
donde brillan las sonrisas,
amables, juguetonas, cómplices.
También lágrimas generosas,
caprichosas, agotadas,
que regaron las primaveras,
escasas,
con tu parasol,
en los días nublados.
Partiste de los puertos
que no elegiste
para llegar con rumbo preciso
a los destinos que te habías propuestos.
¡Qué buen navegante!,
supiste guiarte por las gaviotas
hacia los horizontes lejanos
sabiendo que no volverías.
Nos dejaste el eco de tu voz
que llega con la brisa
como una imagen:
de tu pelo liso,
de noches furtivas,
de tardes de risas
y mañanas…
que no llegan,
cuando la paz se derrama
y los ojos se cierran,
amiga mía.
Comentarios
Mis besos cielo
preciosa poesía
Un abrazo cálido para ti
no por eso menos bello.
La partida del
buen navegante
entre nubes y
susurros de gaviotas.
Un fuerte abrazo.
Me ha encantado el tono intimista!
Saludos desde éstos mares!
Abrazos
No he podido tener una suerte mayor ni una sorpresa más grata que encontrar este blog lleno de belleza y de sensibilidad plasmadas en palabras. Un beso.
Un abrazo...
Un abrazo.
Hola Mamen. !Bienvenida! La suerte es mutua y también la sorpresa por tus amables palabras. Besos
Hola Dracyluna. Gracias por tu bello comentario. Comparto esa idea de Himno de despedida, y esa palabra que te desangra.
Un abrazo.
Gracias Life por tu comentario. El placer es mutuo. Ciértamente hay momentos, que sin saber cómo ni el porqué, algo de nosotros sale al exterior, en forma de aroma que no todos saben distinguir, como si fuera un grito de desesperación que no todos saben oir. Gracias por tu buen olfato.
Un abrazo
Siento que también haya alcanzado tu blog.
Venga, un abrazo.