En las suaves llanuras donde pacen las dudas siempre escucho un silencio aplastante , en medio del susurro de un viento, intrigante, que acaricia el rostro ensangrentando, como si lo desgarrara con profundas heridas. Me gusta oler las flores amargas que me adormecen sobre la fresca hierba de tu piel Sin saber quien eres, conozco tu calor que hierve mi sangre, a fuego lento, hasta convertirse en un tibio sudor. La luz de tus mentiras no me molestan porque son como mías cuando me engaño, para no perderte en los horizontes, para no perderme en los desiertos entre sábanas blancas. Y mientras el amor se marchita en largos otoños recuerdo las lejanas primaveras y sus tormentas tropicales las noches calurosas entre doseles adormecido en las frías mañanas sobre la fresca hierba de tu piel.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!